Y si nos encontramos alguna vez…alguna puta vez, allá donde
nos esperan los demás… o en lo venidero
de la piel o en lo desconocido del horizonte… si nos encontramos ahí, o en
cualquier lugar remoto del pecado. Que sea en un día frió de otoño o de invierno. Sí, para que no haya ningún distractor
en el ambiente que perturbe el encuentro. Sé cómo te molestaba el sol y esas
temperaturas sanguinarias que nos
alteraban hasta el escupitajo; que el encuentro sea bañado con ese frio
misterioso que nos envolvía en la paz del placer, para que no te distraigas con
ese sol castigador, y ahí, en la frialdad del encuentro, te percates que el brillo de mis ojos no ha
sufrido desgaste alguno, que sigo buscando casualidades en los mismos lugares
ruinosos, que uso la misma gorra que lavaste alguna vez, y por sobre todo lo anterior ,por sobre todo, que el “cómo has estado” que saldrá de mi boca
al verte, te sonara idéntico al “que te vaya bien” de la última vez.
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