Cuando desaparecen las ideas para escribir alguno de estos u de los otros, significa que
las cosas no fluyen, el pensamiento no
avanza y la mirada se queda ahí, estática, unísona. El sentimiento es de
abandono, de soledad, la música aburre y la concentración pasa por amorfos vaivenes transparentes, imágenes
sin acentos…las falanges de los dedos rígidos, y el café frio.
No pretendo tener motivos de sobra para expresar o “emprender” una carrera de escritor descollante
y grandilocuente, ni tener temas de sobra para contar historias impredecibles…
o la melodía perfecta en la pluma… o en
lengua… o en la punta de los
dedos. Pero cuando no hay ni puta idea que guie o le dé el comienzo, el punta píe inicial, a un
ejercicio necesario como el de exponer la imaginación o la realidad en la pantalla
de mi computador, las cosas se ponen decepcionantes, y no hay mejor sentimiento
en la vida que la decepción. Bueno, en rigor no sé si sea lo mejor, pero que es importante sentir
dicho sentimiento está claro que si, de lo contrario seriamos insectos de
jardines deshabitados con una sonrisa siempre a flor de piel y andaríamos
siempre hacia el mismo lado, en fin…
Por otro lado, la
situación actual en la me encuentro es de desocupación laboral, aunque tengo
que levantarme igual de temprano que un obrero responsable, lo mío pasa por
llegar a cuidar a mis hijas para que mi ex pareja o la mamá de las niñas, como
quieras llamarle, pueda laburar con tranquilidad (que mejor que dejar a los niños
con el padre, por muy pelotudo que este sea, más vale pelotudo con la misma
sangre que pelotudo por conocer)… Mis hermosas hijas, ya hablaremos de ellas
mas a delante. Pero decía que me encuentro sin actividad remunerada y eso no es
menor si uno anda buscando tema para darle a las palabras o a la escritura desenfrenada, ya que cuando más
escribí fue cuando trabajaba a sueldo fijo. Si, maravilloso e increíble, nada
que no le haya pasado a algún otro seudo escritor, el trabajo invita
a dejar tus funciones contractuales para descubrirte, en pocas palabras
o en todos los garabatos: la monotonía del día a día por un par de monedas
formó, forma y formará a muchos artistas en su deleite. El trabajo te enrostra
la precariedad de la humanidad. Así que la situación no es menor, por dentro
algo me dice que tengo que darle a las palabras y las historias que se
construyen con ellas y por otro lado, ya
no está ese lugar que propiciaba el ambiente justo para llegar dicha prosa.
Pero ya comencé, así que nada de extrañar ese trabajo de mierda.
Hoy me levante a las seis de la mañana y tomé el mismo micro
que ayer para llegar a la hora que corresponde a la casa de mis hijas, pasó a
las 06:23 en punto. Hola, como durmieron las niñas y que hago de almuerzo,
fueron las primeras palabras del día. Te lo comento ya que doy por hecho que no
sabes cuales fueron tus primeras palabras del día de hoy, a todo esto a nadie
le importa.
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